domingo, 21 de marzo de 2010

LUCIANO GALENDE. “SOMOS UNA CUERDA DE DISONANCIA EN EL SONIDO PERIODISTICO DEL PAIS”


El nuevo conductor de "6,7,8" habla sobre las repercusiones del programa de la televisión pública, del rol de los medios de comunicación y sobre la actualidad del periodismo. Anticipo Revista 2010 de febrero.

A los 22 años dejó sus estudios de medicina en Rosario para dedicarse de lleno a la comunicación. Arrancó como productor de Jorge Lanata en Rock&Pop y de ahí no paró. Trabajó con Lalo Mir, Gonzalo Bonadeo, Jorge Guinzburg, Juan Castro y Elizabeth Vernaci. “Si no admiro un poco a la persona con la que trabajo me cuesta mucho más”, afirma.


- ¿Cómo es la experiencia de integrar un programa que cuestiona el accionar de los grandes medios?

- Creo que es un programa que hoy por hoy hace falta. No sé si es un programa que hubiese elegido en otro momento. La verdad es que hace unos años el periodismo en Argentina se volvió como incuestionado. Esta es una profesión casi catedral. Parece una cofradía y no a un lugar de pensamiento y de debate. Lo único que estaba pasando como ámbito de discusión en los medios masivos de difusión eran las tetas de la Ritó… esta cosa como más de chisme. No había debate sobre la profesión, sobre qué se dice, cómo se dice porqué se está diciendo…

Y la verdad es que el proceso en los últimos 15 años en Argentina fue muy complejo en eso. Los medios masivos pasaron de ser empresas periodísticas a ser empresas con intereses más diversificados. Sobre todo en inversiones tecnológicas por que se abrió todo ese espectro nuevo de la comunicación y ahí juegan intereses económicos muy importantes: el futuro en inversión de comunicación pasa por las nuevas tecnologías. Empiezan a jugar intereses privados que no son los intereses habituales del periodismo. Eso abre la posibilidad de discutir por qué se está diciendo lo que se dice. No es lo mismo la oposición de Timerman o Natalio Botana respecto de los gobierno que la posición que toman ahora algunos medios críticos. Se podrá estar de acuerdo o no con Botana pero no había ninguna duda que era un periodista y lo que decía lo decía como periodista y nunca como un empresario.
La novedad en todos estos años es que las empresas periodísticas manejan otros intereses que no son del “sentido común” periodístico y eso es lo que modificó la escena y habilita a que exista un programa como “6, 7, 8”

- El programa es cuestionado por el establishment mediático pero a la vez ha generado adhesión de mucha gente, jóvenes, estudiantes o profesionales, ¿cómo ves este fenómeno?

- En un medio de comunicación demandas realidad. En un diario, en la tele, en una película, en una telenovela. Significa que algo de lo que estás viendo tiene que ver con lo que te está pasando o con lo que vos ves que está pasando. Hay un plano real que es el tuyo: tus vecinos, tu familia, tus compañeros de laburo, etc… esa realidad que uno compone, y después hay otra realidad que se transmite, digamos. Cuando esas dos realidades empiezan a tener una distancia importante vas y buscas la realidad de otra forma. Por que te sentís de alguna manera distanciado de lo que está pasando. Si vas todos los días de La Plata a Buenos Aires en auto y escuchas por la radio que hay un piquete en la entrada, vas a la entrada y no ves el piquete empezás a descreer de lo que te están contando. Tu realidad contrasta con la realidad transmitida. Ese fenómeno empezó a irrumpir en estos últimos años: la gente empieza a ver que esa realidad que ellos ven no es la realidad que les pasa. Ahí es donde “6, 7, 8” empieza a ganar un lugar legítimo. Sienten que lo que está pasando por el programa se acerca un poco más a esa realidad no transmitida.

- Hay un fuerte debate en cuanto al rol de los empresarios en los medios y su injerencia en los contenidos. ¿Se puede ser periodista en la televisión pública y mantener el prestigio profesional?

- Es el punto de mayor conflicto. Yo no he tenido ninguna modificación personal de lo que pienso o de lo que soy periodísticamente, o el lugar de donde pienso las cosas. Ser oficialista hoy es como recibir una puteada, algo que te saca de la cancha. Nosotros hacemos un programa que cuestiona la oposición sistemática e irracional. A veces desbarrancamos y hacemos un programa que defiende la gestión. No en el panel, nunca vas a escucharlo en el panel. A lo mejor de Barone. Los tapes probablemente sí arman esta cosa de defender algo de la gestión. Pero hoy por hoy nuestro lugar es tocar una cuerda de disonancia en el sonido periodístico del país.

- ¿Qué opinión te merece sobre el periodismo de versiones y trascendidos?


- No corresponde a la rigurosidad periodística. En televisión se hace mucho: “me contaron, me dijeron”. No lo encuentro ilegítimo ni terrible. Lo que encuentro terrible es que esa sea la lógica de la construcción del discurso periodístico. Si es un matiz no hay inconveniente pero si es todo ahí se te cae. Ahí entra la sensación de mentira.

- ¿Existe un aparato de información relacionado a los servicios de inteligencia?

- Si vos sabes que un medio te viene operado ya lo lees de otra manera. Si entras a la página de Seprin entras con otra cabeza si vas a Página 12. Con otra nariz. A mi no me parece mal que esté, lo que sí es cierto es que hay que darlo a conocer que es así.

- ¿Crees que la cámara oculta a Carlos Pagni fue un ajuste de cuentas de los servicios de inteligencia?

- Puede que sí como que no. Estaba pensando en la realidad operada. Hay una realidad que es transmitida y hay una realidad operada. El caso Pagni está en ese cuadro. Sin dudas lo que quedó de Pagni no fue si él era o no un tipo honesto, que hubiera sido una discusión más interesante, sino si fue una operación o no. Pertenece al ámbito de la realidad operada, es sospechoso.


- ¿Qué pensás de los nuevos soportes periodísticos como los blogs?

- Internet inauguró algo muy importante que es la concentración en el modo de apropiación que uno tiene de lo que está consumiendo. Hoy por hoy los medios perdieron la calidad unívoca, ahora es más complejo. Depende mucho más del modo de apropiación, depende quién lo lea y en qué condiciones. No es lo mismo leer un blog en una playa que en tu casa. El modo de apropiación de ese contenido lo hace distinto. No es solamente cómo se está diciendo sino cómo se está recibiendo. El punto clave de la proliferación depende de cómo la gente se apropia de él. Pasa con los myspace en música, en lo fotográfico. Depende la información previa que se tenga. En Internet está todo pero no está nada. Están todos los periodistas pero a la vez no está ninguno: solamente está aquel al que vos le das entidad.


- María Julia Oliván dejó el programa y vos asumís la conducción. ¿Cómo te preparás en tu primera experiencia como conductor televisivo?

- De manera natural, digamos. Sé que la conducción tiene cosas inevitables. Como panelista contás con la impunidad de la opinión y la comodidad de eso. En la conducción tenés que respectar los tiempos, la distribución de la palabra. Hay que respetar las formalidades. Lo tomo con cierta ignorancia y liviandad. Consideraba que era natural que alguno de los que estaba en el programa, ante la renuncia de María Julia, asumiera la conducción. Es un programa que no tiene estrellas, no depende de nombres. Es un programa que depende más de contenidos. Eso me hace sentir más cómodo. En la perspectiva de un programa de televisión donde lo que prima es lo que se dice y no quién lo dice, es más interesante que pensar en un programa donde lo que importa es la figura.



Lautaro Gonzalez
Nota publicada en la Revista 2010 de Febrero del 2010

2 comentarios:

  1. Me gustó la entrevista y me gusta como Lucho conduce el programa, mucho más que como lo hacía Oliván! je!

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